viernes, 8 de agosto de 2008

Todo un mundo (de ninyos) en al-Quds

Hoy ha sido un dia precioso. Acabamos de llegar de admirar la puesta de sol desde el Monte de los Olivos, al lado del conocido huerto de Getsemani y de un elitista cementerio hebreo cuya jet-set ascendera al cielo con el Apocalipsis en primer lugar, cuando se construya segun los judios el Tercer Templo -hay algunxs de ellos nada sionistas que luchan por su llegada inmediata-. Mientras el sol acababa el viaje de su columpio rutinario, hemos jugado con varias ninyas palestinas, entusiasmadas con que les ensenyamos el baile de la Macarena, y encantados nosotros con su alegria y tremenda simpatia.

Definitivamente, hoy he confirmado por enesima vez mi ateismo. Hemos visitado la iglesia del Santo Sepulcro, la tumba y lugar de nacimiento de la Purisima, la Via Dolorosa de la Pasion, el lugar donde tantxs creen que se celebro la Ultima Cena...pero mi espiritu no se ha henchido de fe ni efervescencia devocionaria. Siento decepcionar a los que si que hubiesen sentido la iluminacion profundamente, pero debo decir que el invento (para mi) lo tienen muy bien montado aqui, teniendo en cuenta la dificultad de convivir tres religiones y decenas de credos cristianos diferentes luchando por un espacio sagrado. Viernes dia musulman, empezando hoy tambien el Sabbath judio, y el domingo el cristiano, menudo jaleo se llevan entre festividades, sacralidades, prohibiciones y rituales. Yo ire al Fuego Eterno sin juicios ni garantias, pero no envidio para nada su vida mortal...

Ciertamente, la Ciudad Vieja de Jerusalem (al-Quds), donde llevamos durmiendo un par de dias, no se diferencia demasiado de un establecimiento penitenciario, como llaman a las carceles algunxs adalides del eufemismo actual. Un numero infinito de camaras de vigilancia vencen cualquier tipo de intimidad. Proliferan por cualquier recodo, al igual que los soldados israelies armados con su flamante M16 con el dedo siempre en el gatillo. Nada mas llegar a la estacion de bus de al-Quds pasamos 2 controles de seguridad en escasos metros; anteanoche, en una simple pizzeria, nos pasaron el detector. Es la sociedad del miedo, que tiene como hobbie principal autoalimentarse. Tambien no deja de destacar la segregacion entre hebreos y musulmanes. Cada uno tiene sus bares, tiendas, autobuses...el barrio judio esta como una patena, el islamico todo lo contrario. Por el primero pasean individuos adinerados enfocados por potentes luces en la noche, por el segundo impera la oscuridad que contrasta con la risa y el juego de los ninyos palestinos. Unos ninyos que se crian dia a dia con la humillacion, la segregacion y la diferenciacion social...pero derrochan una enorme simpatia y ganas de vivir.
Otro dia hablare de dos temas que tengo pendientes por aqui: las excavaciones junto a la explanada de las Mezquitas y del Muro de las Lamentaciones, asi como lo que he visto y aprendido sobre ultraortodoxos...